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El bebé no llega

El deseo de una pareja de ser padres puede transformase, si se alarga en el tiempo, en frustración, ansiedad dolor y rabia

La expresión "pasar el arroz" da comienzo a uno de los interrogatorios más recurrentes para familiares, amigos y compañeros de una pareja que aún no tiene descendencia. Cuando ambos han decidido que todavía no es el momento de aumentar la familia no deja de ser una frase hecha inofensiva. Sin embargo, cala hondo y remueve entrañas cuando la pareja está deseando tener un bebé y pasan los meses sin que se pueda comunicar la buena noticia.

Cuando los meses transcurren sin que la mujer se quede embarazada, el tiempo se transforma en el peor enemigo de la pareja

Una vez que se ha decidido dar el paso, cada mes se espera el nuevo acontecimiento con expectación, ilusión y nerviosismo, en especial los días en que la mujer menstrua. Por eso, cuando el cuerpo anuncia que nada ha cambiado y que todo transcurre con normalidad, al igual que los meses anteriores, se pueden vivir importantes momentos de frustración, cuyo dolor y rabia encuentran canalizaciones de todo tipo.

En estos casos se razona con argumentos como "no se va a acertar a la primera", "esto lleva su tiempo"... Pero cuando los meses transcurren sin que la mujer se quede embarazada, el tiempo se transforma en el peor enemigo de la pareja y cada regla se vive con más angustia. La decepción se multiplica y las frustraciones se hacen patentes generando tristeza, rabia, impotencia y cargando de ansiedad las relaciones sexuales. El placer de estos encuentros quedará relegado en la mayor parte de los casos a un segundo plano y prevalecerá el objetivo de la reproducción. El deseo quedará lastrado así por la ansiedad, lo que dificultará aún más la obtención de aquello que se quiere conseguir.

La ilusión de la pareja de compartir el nacimiento y la vida de una tercera persona es compartida, como lo es también el sentimiento de decepción y angustia cuando no se logra. Sin embargo, hay algunas especificidades en la mujer y el hombre:

En la mujer

  • Cada menstruación se siente como un "mazazo" al deseo de ser madre.
  • La tristeza y la desilusión se aúnan propiciando un estado más proclive al llanto.
  • Mantiene un tono anímico más bajo y se encuentra muy sensible a comentarios sobre el embarazo de amigos o conocidos.
  • Rehuye preguntas sobre su posible embarazo porque le conectan con el dolor de la frustración.
  • Sus ojos se van hacia los cochecitos de bebés y este asunto ocupa gran parte de su vida y sus pensamientos.
  • Desea los encuentros sexuales con la esperanza del soñado embarazo y a la vez no deja de sentir la ansiedad y el miedo a que "una vez más" éste no se produzca.
  • Empieza a colarse en su interior un cierto sentimiento de culpa por ser incapaz de engendrar un bebé.

El hombre

  • Tiende a no exteriorizar tanto la desilusión sufrida
  • Intenta, frente a su esposa o compañera, restar importancia a que aún no se han quedado 'embarazados'.
  • Procura contener, y no atender, al miedo que se le suscita la posibilidad de que el problema se encuentre en sus espermatozoides.
  • Trata de hablar lo menos posible de lo que está sucediendo.
  • Los encuentros sexuales se viven cada vez más como un "examen a su virilidad".

La presión del entorno, clave

En medio de este cúmulo de sentimientos, la presión del ambiente juega un papel importante. Aunque la sociedad haya evolucionado mucho en este sentido, aún persiste como convención social una cierta 'obligatoriedad' de la pareja en traer hijos a este mundo, justificándose además como un hecho "natural".

Aún persiste como convención social una cierta "obligatoriedad" para la pareja de tener hijos

Dependiendo de una mayor o menor hostilidad del entorno, la pareja tiende a aislarse y no comentar abiertamente el problema que están padeciendo. Por otra parte, es un tema catalogado como íntimo y, por tanto, se comunica y participa de manera confidencial a personas muy cercanas. Este silencio propicia que se aumente el enquistamiento del dolor, la sensación de soledad, porque sentimos que somos los "únicos" a los que nos está ocurriendo.

No obstante, la información sobre dónde acudir para que un profesional realice un diagnóstico preciso es cada día mayor, lo que genera un efecto tranquilizador porque se pueden empezar a tomar las medidas que correspondan en cada caso.

Con independencia de qué miembro de la pareja tenga el problema físico, si lo hubiera, debe quedar claro que la solución, como el darse apoyo, corresponde a ambos. No obstante, se puede vivir el caso de que a pesar de todas las muestras de cariño y comprensión, el proceso médico para lograr el embarazo se alargue y se tenga la sensación de estar en un túnel sin salida. Si esto sucede, es conveniente contar con asistencia psicológica para valerse de unas pautas sobre cómo afrontar la situación día a día y no caer en la desesperanza.

Consejos para esperar sin ansiedad

  • Hablar de nuestra inquietud con personas allegadas o de confianza, con las que sabemos vamos a ser atendidos con cariño y comprensión, más allá del cotilleo y malos quereres.
  • Vivir la vida con normalidad y optimismo, sin que todo gire alrededor de cuándo, "por qué yo no"...
  • No descuidar la alimentación, las horas de sueño y el ejercicio físico.
  • Cuidar la pareja y hacer de la comunicación una herramienta de encuentro.
  • Potenciar el mimo y la caricia de forma que podamos sentir el amor y la espera juntos.
  • Acudir a un profesional de la psicología si se siente una desproporcionada tristeza, ansiedad, poca animosidad, sentimientos de culpa o simplemente, necesidad de acompañamiento.
  • Tener plena confianza en ese profesional y decidir junto a él los pasos más convenientes a seguir. Si no se tiene absoluta confianza en él, no comience ningún tratamiento y acuda a otro.

Fuente:http://revista.consumer.es/web/es/20070601/interiormente/71601.php

 

 

 

Depresión en el hombre

Dr. Ricardo Rozados

En las últimas décadas la enfermedad depresiva ha aumentado proporcionalmente más en los hombres que en las mujeres. En la población femenina convergen más factores de riesgo, como los hormonales en el ciclo menstrual, en el posparto y la peri menopausia, y los de personalidad, porque las mujeres tienden más a la autocrítica y a la baja autoestima. Sin embargo, los grandes cambios sociales de las últimas décadas han beneficiado a las mujeres y en cambio, no han sido bien asimilados por algunos hombrees todos los acontecimientos en torno a la liberación de la mujer han creado en cierto tipo de hombres la sensación de que se les ha movido la silla, de que han empezado a perder terreno y poder. Algunos lo hemos encajado muy bien y nos parece totalmente justo, pero otros no lo aceptan.Y así surge en gran medida la relación entre la depresión y los malos tratos en el hogar', admite Alonso-Fernández Aunque hay evidencias clínicas de que los enfermos depresivos no detectados acuden a las consultas de atención primaria más de seis veces al año, la depresión es una enfermedad infradiagnosticada.

En el 80% de los casos la depresión tiene un inicio progresivo y gradual, a veces tan silente e inespecífico que puede pasar inadvertida hasta para el propio paciente. A menudo el síndrome del retardo del sueño, por el que la persona se acuesta habitualmente a horas muy avanzadas, y trastornos de conducta, como la promiscuidad sexual o los comportamientos de violencia, están enmascarando un cuadro depresivo. Esto se observa sobre todo en adolescentes y jóvenes. Los síntomas de la depresión, según Alonso-Fernández, trascienden el ámbito de las alteraciones del humor:
'Numerosos pacientes no presentan tristeza ni desesperanza o apego a las ideas suicidas. Sin embargo, sí pueden tener síntomas de apatía, falta de energía, disfunciones sexuales;síntomas de discomunicación, como retraimiento social, mal humor, descuido en el arreglo personal y síntomas de ritmopatías, como alteraciones del sueño y gran fluctuación de los síntomas a lo largo del día o notables diferencias entre la mañana y la tarde'.
Algunos datos epidemiológicos revelan que sólo un 25% de los pacientes acierta a atribuir a la depresión su sufrimiento. Otro 25% mantiene que su enfermedad es un trastorno orgánico o funcional (atribuible a síntomas somáticos, como dolores de cabeza, alteraciones digestivas, inhibición del deseo sexual). Un 10% está convencido de que padece un trastorno psíquico puro, de tipo neurótico o ansioso. Y el 40% restante no se considera enfermo y achaca sus síntomas a las incidencias de la vida (problemas, preocupaciones) o a la propia forma de ser.<
>El hombre tiene menos probabilidad de sufrir depresiones que la mujer. El hombre tiende a ser más reacio para admitir que tienen depresión. Por lo tanto, el diagnóstico de depresión puede ser más difícil de hacer. El hombre es diagnosticado menos que la mujer. La tasa de suicidio en el hombre es cuatro veces más alta que en la mujer. Sin embargo, los intentos de suicidio son más comunes en la mujer que en el hombre. A partir de los 70 años de edad, la tasa de suicidio en el hombre aumenta, alcanzando el nivel máximo después de los 85 años.
La depresión también puede afectar la salud física del hombre, aunque en una forma diferente a la de la mujer. Un estudio reciente indicó que la depresión se asocia con un riesgo elevado de enfermedad coronaria (infartos de corazón) en ambos sexos. Sin embargo, sólo el hombre tiene una tasa alta de muerte debida a una enfermedad coronaria que se da junto con un trastorno depresivo.
El alcohol y las drogas enmascaran la depresión en el hombre más comúnmente que en la mujer. Igualmente, el hábito socialmente aceptable de trabajar en exceso, puede enmascarar una depresión. En el hombre, no es raro que la depresión se manifieste con irritabilidad, ira y desaliento, en lugar de sentimientos de desesperanza o desamparo. Por lo tanto, puede ser difícil de reconocer. Incluso cuando el hombre se da cuenta de que está deprimido, comparado con la mujer, tiende menos a buscar ayuda. El apoyo familiar generalmente es una ayuda importante. Algunas compañías ofrecen programas de salud mental para sus empleados. Estos pueden ser de gran ayuda para el hombre. Es importante que el hombre deprimido entienda y acepte la idea que la depresión es una enfermedad real que requiere tratamiento. 

Fuente:http://www.depresion.psicomag.com/depre_en_el_hombre.php

 

 

 
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